viernes, 10 de abril de 2009

Domingo de Resurrección

Pero se llena ese cielo azul del Domingo de Resurrección de esperanza, esperanza dada por un grupo de jóvenes, esperanza dada por su Cristo, esperanza dada por su pueblo y esperanza dada por su orgullo y sus fuerzas de seguir hacia adelante en un camino no fácil, como lo fue el de nuestro Señor ahora resucitado.

Llegamos a ese domingo de resurrección tan ansiado, tan esperado, tan azul y tan luminoso para poder recibir en nuestros corazones a ese Hijo de Dios Resucitado. Qué mejor que la Resurrección de Cristo para aunar fuerzas y que siga esta Hermandad dando ánimos y a estos jóvenes para seguir hacia adelante. No quiero olvidarme de uno de nuestros pilares que han hecho posible la Resurrección del Señor y seguro estará muy orgulloso y lo tendrá a buen amparo en ese cielo de vida eterna esperada: padre Eduardo, porque con él los sueños se cumplen, porque con él la esperanza se vive, porque con él se hacen realidad los sueños, porque con él todo es posible, porque su amor nos une, porque su confianza nos hace mas fuertes y porque su persona siempre quedará entre nosotros. He ahí de que disfrutemos de un gran Domingo de Resurrección, ese Domingo de Resurrección tan perdido y olvidado en Guadalcanal, ahora todo es posible; porque nuestro señor ha resucitado y porque una vez más y año tras año las ganas y las fuerzas se aúnan para poder llevar a cabo una tarea debida a nuestro queridísimo padre Eduardo.

Que cosa mas grande Dios mío y que tiempos tan esperados para poder afrontar nuestros problemas, siempre recordando a la persona que prevalece en nuestros corazones y nos da la fuerza de seguir hacia adelante, de tener ganas, porque Él dio la vida por nosotros…

Jaime Moreno