domingo, 29 de marzo de 2020

Domingo de Pasión, domingo de pregón

Queridos hermanos: 

Hoy V domingo de cuaresma, es sinónimo de domingo del pregón. Las tablas del viejo Teatro Emperador, hoy, no soportarán la emoción del pregonero exaltar la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor y los dolores de la Virgen. Hoy, no escucharemos los sones de la Banda poner la nota musical a este acto laudatorio que es el punto y seguido a lo que esta por venir, la Semana Santa según Guadalcanal.

Para mitigar esta ausencia física, os dejamos con el fragmento dedicado a la Resurrección del pregón  que pronunció NHD. José Ángel Fontecha Vázquez allá por el Domingo de Pasión, 29 de marzo del año del Señor 2009. 

"Y al tercer día Resucitó.
Es el triunfo de la vida sobre la muerte.
En Guadalcanal además, es el triunfo de la devoción juvenil sobre el desdén que se le presupone.
Es la demostración de los valores arraigados en tantas y tantas almas puras que en la sombra desearon que la pasión no se acabara en sábado.
Desde cero y arriesgando, como las cosas bonitas de la vida, un grupo de muchachos pusieron sus ojos en el olvidado.
Aquél que se movía por la desgana y que paseaba de mano en mano.
Aquél que se servía de las sobras de los demás. Este, el Resucitado.
Invisible tanto tiempo, despreciado y poco valorado, corrió la buena suerte de caer en buenas manos.
Y es que, nuestra Semana Santa, señores, no entiende de edad, de talla o de prejuicios.
Por eso pequeños corazones movieron cielo y tierra.
Vencieron adversidades y se ganaron el respeto de todos los demás.
A título particular hicieron realidad aquel sueño del niño. Aquel deseo de ser costalero. Ese debut agradecido que nunca olvidará.
Por desgracia es algo que nunca repetirá pero que en el fondo agradece, ya que será testigo un año más de la belleza de una estampa sin igual.
Volverá a mezclarse entre tantos que, como él, un día fueron niños.
Tantos que recordarán los tristes años de su soledad.
Aquellas plazas desiertas o balcones sin adornar.
Hoy sin embargo la alegría derrota a todo ese pasado y un pueblo entero luce como nunca al paso del Resucitado.
María Magdalena, tan joven entre nosotros, no concibe sino la satisfacción de sus nuevos paisanos que con la cara libre ya del llanto los abriga y los impulsa en cada salto al cielo.
Allí donde precisamente el Padre Eduardo observe con una sonrisa en la cara hasta donde llegaron sus muchachos.
Y seguramente hasta allí llegue la voz del capataz con la claridad de quien hace las cosas de corazón.
Y desde allí una bendición para animaros en vuestro caminar, para ayudaros a no desfallecer, a proseguir en vuestro empeño de crecer y hacer grande a vuestra Hermandad.
Cuando regreses a la Plaza todo lleno de alegría en nuestros adentros nacerá de nuevo la pena porque algo enorme se desprende de nosotros.
No podemos entristecer, sin embargo, como antaño, pues nos regalasteis un gran día.
Allí de pie inerte contemplaremos la divinidad de tu rostro mientras te bañan de pétalos, y poquito a poco partirás hacia tu templo dejándonos, como no, bien rizado el rizo.
Demostrando fervor y talento y un sinfín de innumerables sensaciones, pidiendo al cielo por favor: AIRES DE TRIANA NUNCA LOS ABANDONES."

Paz y Bien.

Fotografía: Ignacio Gómez 

V Domingo de cuaresma, domingo de pasión.




Lectura del santo evangelio según San Juan (11, 1-45)

Había caído enfermo un cierto Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta, su hermana. María era la que ungió al Señor con perfume y le enjugó los pies con su cabellera; el enfermo era su hermano Lázaro. Las hermanas le mandaron recado a Jesús diciendo: «Señor, al que tú amas está enfermo». Jesús, al oírlo, dijo: «Esta enfermedad no es para la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella». Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando se enteró de que estaba enfermo se quedó todavía dos días donde estaba. Solo entonces dijo a sus discípulos: «Vamos otra vez a Judea». Los discípulos le replicaron: «Maestro, hace poco intentaban apedrearte los judíos, ¿y vas a volver de nuevo allí?». Jesús contestó: «¿No tiene el día doce horas? Si uno camina de día no tropieza, porque ve la luz de este mundo; pero si camina de noche, tropieza porque la luz no está en él». Dicho esto, añadió: «Lázaro, nuestro amigo, está dormido: voy a despertarlo». Entonces le dijeron sus discípulos: «Señor, si duerme, se salvará». Jesús se refería a su muerte; en cambio, ellos creyeron que hablaba del sueño natural. Entonces Jesús les replicó claramente: «Lázaro ha muerto, y me alegro por vosotros de que no hayamos estado allí, para que creáis. Y ahora vamos a él». Entonces Tomás, apodado el Mellizo, dijo a los demás discípulos: «Vamos también nosotros y muramos con él». Cuando Jesús llegó, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Betania distaba poco de Jerusalén: unos quince estadios; y muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María para darles el pésame por su hermano.

Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedó en casa. Y dijo Marta a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá». Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará». Marta respondió: «Sé que resucitará en la resurrección en el último día». Jesús le dijo: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?». Ella le contestó: «Sí, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo».

Y dicho esto, fue a llamar a su hermana María, diciéndole en voz baja: «El Maestro está ahí y te llama». Apenas lo oyó, se levantó y salió adonde estaba él: porque Jesús no había entrado todavía en la aldea, sino que estaba aún donde Marta lo había encontrado. Los judíos que estaban con ella en casa consolándola, al ver que María se levantaba y salía deprisa, la siguieron, pensando que iba al sepulcro a llorar allí. Cuando llegó María adonde estaba Jesús, al verlo se echó a sus pies diciéndole: «Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano». Jesús, viéndola llorar a ella y viendo llorar a los judíos que la acompañaban, se conmovió en su espíritu, se estremeció y preguntó: «¿Dónde lo habéis enterrado». Le contestaron: «Señor, ven a verlo».

Jesús se echó a llorar. Los judíos comentaban: «¡Cómo lo quería!». Pero algunos dijeron: «Y uno que le ha abierto los ojos a un ciego, ¿no podía haber impedido que este muriera?». Jesús, conmovido de nuevo en su interior, llegó a la tumba. Era una cavidad cubierta con una losa. Dijo Jesús: «Quitad la losa». Marta, la hermana del muerto, le dijo: «Señor, ya huele mal porque lleva cuatro días». Jesús le replicó: «¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?». Entonces quitaron la losa. Jesús. levantando los ojos a lo alto, dijo: «Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado». Y dicho esto, gritó con voz potente: «Lázaro, sal afuera». El muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y la cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo: «Desatadlo y dejadlo andar».

Y muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él.

viernes, 27 de marzo de 2020

No te sientas sólo, Dios está presente y los hermanos, también. Servicio de acompañamiento telefónico




Nuestra A.Parroquial  ofrece un teléfono de contacto de acompañamiento a aquellas personas que necesitan asistencia en estos días de confinamiento. En este sentido ya estamos en contacto con algunos hermanos de mayor edad para ofrecerle un rato de tertulia distendida.

Con este servicio contemplamos una llamada a aquellos hermanos de mayor edad y que necesitan apoyo especial en el período de confinamiento temporal que estamos viviendo por la contención de la propagación del Coronavirus COVID-19 y complementar la labor que están llevando a cabo el grupo de voluntarios de Protección Civil, Cáritas Parroquial y Servicios Sociales. 

Con ello se pretende conocer cómo se encuentran los hermanos de mayor edad y si necesitan algo mas que un rato de conversación para darle traslado de dicha la información e instrucciones de las autoridades sanitarias y, además, ofrecerán la posibilidad de comunicación por teléfono en estos días difíciles: un agradable rato de charla. Un sencillo y verdadero gesto para con nuestros mayores

Para inscribirse y dar el consentimiento para ser receptor de este humilde servicio, sólo es necesario informar a cualquier miembro de la junta de gobierno en el teléfono o escribiéndonos al correo electrónico corporativo

678146462
resurreccion-guadalcanal@hotmail.com


Oramos para el Señor Resucitado derrame su poder y bendiciones a los voluntarios y a los hermanos que necesitan la calidez de la cercanía en estos días difíciles.

Paz y Bien.

domingo, 22 de marzo de 2020

AÑO 1950 || HEMEROTECA. "Una mirada al pasado"


En las fotografías que se publican podemos apreciar la primitiva imagen del Santísimo Cristo Resucitado en el presbiterio de la Parroquia de Santa María de la Asunción, en concreto en el lateral izquierdo si nos situamos frente a él. Aún no existía el actual retablo y la hornacina principal estaba presidida por Nuestra Señora de Guaditoca, patrona de Guadalcanal.

Paz y Bien. 



Fotografías: Fototeca de la Universidad de Sevilla.

IV DOMINGO DE CUARESMA; DOMINGO DE LAETARE



El cuarto domingo, o de mediados, de Cuaresma, llamado así por las primeras palabras del introito de la Misa, “Laetare Jerusalem”---“Alégrate, oh, Jerusalén”. Durante los primeros seis o siete siglos el tiempo de Cuaresma comenzaba el domingo siguiente a la quincuagésima, y constaba sólo de treinta y seis días de ayuno. Luego se añadió a éstos los cuatro días precedentes al primer domingo, para hacer un ayuno de cuarenta días; y una de las más antiguas menciones litúrgicas de estos días adicionales ocurre en el Evangelio especial asignado a ellos en un manuscrito de Toulon de 714.

De este modo se enfatiza el contraste entre los demás domingos y el domingo de laetare, el cual es emblemático de las alegrías de esta vida, alegría comedida mezclada con un cierto rezago de tristeza.

Y esa alegría es porque, en medio de la espera ya sea de la Navidad en Adviento, ya sea de la Pascua en Cuaresma, y llegando ya a su final, se avizora la Venida del Mesías en Belén o la Resurrección en el Triduo Pascual.

Por ello el cuarto domingo es celebrado con gozo, con alegría, como una pausa dentro de la espera ante el Acontecimiento que se avecina, y por ello utilizamos ornamentos rosados en la celebración eucarística.

Por último comentar que este domingo se barajó, junto con el pasado día 15, como posible fecha de celebrar la bendición de la imagen del Señor Resucitado.

Lectura del santo evangelio según San Juan (9, 1-41)

Y al pasar, vio Jesús a un hombre ciego de nacimiento. Y sus discípulos le preguntaron: «Maestro, ¿quién pecó: este o sus padres, para que naciera ciego?». Jesús contestó: «Ni este pecó ni sus padres, sino para que se manifiesten en él las obras de Dios. Mientras es de día tengo que hacer las obras del que me ha enviado: viene la noche y nadie podrá hacerlas. Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo».

Dicho esto, escupió en la tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego, y le dijo: «Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado)». Él fue, se lavó, y volvió con vista. Y los vecinos y los que antes solían verlo pedir limosna preguntaban: «¿No es ese el que se sentaba a pedir?». Unos decían: «El mismo». Otros decían: «No es él, pero se le parece». El respondía: «Soy yo». Y le preguntaban: «¿Y cómo se te han abierto los ojos?». Él contestó: «Ese hombre que se llama Jesús hizo barro, me lo untó en los ojos y me dijo que fuese a Siloé y que me lavase. Entonces fui, me lavé, y empecé a ver». Le preguntaron: «¿Dónde está él?». Contestó: «No lo sé».

Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. Era sábado el día que Jesús hizo barro y le abrió los ojos. También los fariseos le preguntaban cómo había adquirido la vista. Él les contestó: «Me puso barro en los ojos, me lavé y veo». Algunos de los fariseos comentaban: «Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado». Otros replicaban: «¿Cómo puede un pecador hacer semejantes signos?». Y estaban divididos. Y volvieron a preguntarle al ciego: «Y tú, ¿qué dices del que te ha abierto los ojos?». Él contestó: «Que es un profeta».

Pero los judíos no se creyeron que aquel había sido ciego y que había comenzado a ver, hasta que llamaron a sus padres y les preguntaron: «¿Es este vuestro hijo, de quien decís vosotros que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve?». Sus padres contestaron: «Sabemos que este es nuestro hijo y que nació ciego; pero cómo ve ahora, no lo sabemos; y quién le ha abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos. Preguntádselo a él, que es mayor y puede explicarse». Sus padres respondieron así porque tenían miedo a los judíos: porque los judíos ya habían acordado excluir de la sinagoga a quien reconociera a Jesús por Mesías. Por eso sus padres dijeron: «Ya es mayor, preguntádselo a él».

Llamaron por segunda vez al hombre que había sido ciego y le dijeron: «Da gloria a Dios: nosotros sabemos que ese hombre es un pecador». Contestó él: «Si es un pecador, no lo sé; solo sé que yo era ciego y ahora veo». Le preguntan de nuevo: «¿Qué te hizo, cómo te abrió los ojos?». Les contestó: «Os lo he dicho ya, y no me habéis hecho caso: ¿para qué queréis oírlo otra vez?, ¿también vosotros queréis haceros discípulos suyos?». Ellos lo llenaron de improperios y le dijeron: «Discípulo de ese lo serás tú; nosotros somos discípulos de Moisés. Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios, pero ese no sabemos de dónde viene». Replicó él: «Pues eso es lo raro: que vosotros no sabéis de dónde viene, y, sin embargo, me ha abierto los ojos. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, sino al que es piadoso y hace su voluntad. Jamás se oyó decir que nadie le abriera los ojos a un ciego de nacimiento; si este no viniera de Dios, no tendría ningún poder». Le replicaron: «Has nacido completamente empecatado, ¿y nos vas a dar lecciones a nosotros?». Y lo expulsaron.

Oyó Jesús que lo habían expulsado, lo encontró y le dijo: «¿Crees tú en el Hijo del hombre?». Él contestó: «¿Y quién es, Señor, para que crea en él?». Jesús le dijo: «Lo estás viendo: el que te está hablando, ese es». Él dijo: «Creo, Señor». Y se postró ante él. Dijo Jesús: «Para un juicio he venido yo a este mundo: para que los que no ven, vean, y los que ven, se queden ciegos».

Los fariseos que estaban con él oyeron esto y le preguntaron: «¿También nosotros estamos ciegos?». Jesús les contestó: «Si estuvierais ciegos, no tendríais pecado; pero como decís “vemos”, vuestro pecado permanece.

Paz y Bien.

#Quedateencasa

jueves, 19 de marzo de 2020

Carta abierta a los hermanos, fieles y devotos

En Guadalcanal, a 19 de marzo, Solemnidad del San José del año del Señor de 2020.

Apreciados hermanos/as en Xto. 

Sirvan estas líneas para, en primer lugar, mandaros ánimo ante la situación por la que estamos atravesando en estos días de incertidumbre y confinamiento. Como bien sabréis, hasta hace justo una semana, la cuenta atrás para celebrar la Solemne Misa de Bendición  de la imagen del Señor Resucitado era un hecho. La comisión para preparar todo lo relativo a la bendición estaba a pleno rendimiento con cada una de las tareas encomendadas; la plata estaba dispuesta, la liturgia, el protocolo y un largo etcétera.

Sin embargo, ese mismo jueves tras celebrar una reunión de urgencia, acordamos de forma unánime, aplazar, sine die, la celebración de la eucaristía de bendición del Señor Resucitado, por razones de sentido común, responsabilidad y prevención en buena medida por la sucesión de acontecimientos derivados de la pandemia COVID-19 (coronavirus)

Todos y cada uno de nosotros imaginábamos como sería esta jornada histórica para nuestra A.Parroquial en particular, para la Parroquia y para el pueblo. Imaginábamos como sería la imagen del Señor Resucitado cuando llegará al pueblo cargado de mansedumbre en su mirada; transmitiendo ,al contemplarlo, esa paz tan necesaria en estos momentos; evocando, su semblante, el transito de la muerte a una vida cargada de luz para mayor gloria de Dios. Imaginábamos el recibimiento de las decenas de hermandades y asociaciones que nos iban a acompañar en este día. Imaginábamos una parroquia llena de fieles. Imaginábamos los cantos polifónicos  del coro y el quinteto para revestir, aún más si cabe, de solemnidad a la misa. Sigue en nuestras mentes esas escenas que más pronto que tarde serán realidad, si Dios quiere.

Queridos hermanos, nada de lo expuesto ha caído en saco roto. Todos los esfuerzos están en estado de espera, hasta que esta situación de excepcionalidad finalice y se den las garantías para celebrar la solemne bendición del Señor Resucitado. 

El Señor Resucitado ya aguarda la oraciones de los fieles.

Por último, queremos agradecer, en primer lugar la disponibilidad de nuestro párroco Don Gonzalo para todo; a los miembros de la comisión organizadora por su implicación y su buen hacer en las tareas encomendadas. A los hermanos benefactores. A las hermandades que nos han cedido su enseres para el montaje del altar, al Coro Polifónico  Orippo de Dos Hermanas y al Quinteto Clarandalus por su disponibilidad e implicación.Al Excmo. Ayuntamiento de Guadalcanal por su colaboración;  a todos los colaboradores que en la sombra ha contribuido,de una forma u otra, para que todo estuviera dispuesto para el anhelado día 15 de marzo. 

En este día de precepto, recemos una oración a San José para que nos auxilie a toda nuestra comunidad y vele por los sanitarios que se están dejando el alma en esta crisis sin precedentes. 

Paz y Bien.

San José, casto esposo de la Virgen María intercede para obtenerme el don de la pureza.

Tú que, a pesar de tus inseguridades personales supiste aceptar dócilmente el Plan de Dios tan pronto supiste de él, ayúdame a tener esa misma actitud para responder siempre y en todo lugar, a lo que el Señor me pida.

Varón prudente que no te apegas a las seguridades humanas sino que siempre estuviste abierto a responder a lo inesperado obténme el auxilio del Divino Espíritu para que viva yo también en prudente desasimiento de las seguridades terrenales.

Modelo de celo, de trabajo constante, de fidelidad silenciosa, de paternal solicitud, obténme esas bendiciones, para que pueda crecer cada día más en ellas y así asemejarme día a día al modelo de la plena humanidad: EL SEÑOR JESÚS.

viernes, 6 de marzo de 2020

Nota informativa

Recordamos a nuestros hermanos y devotos lo que sigue:

Después de los acuerdos adoptados en la reunión extraordinaria de hermanos que se celebró el viernes, 29 de abril de 2016 en la que se abordó la situación de las imágenes titulares, en la cual se acordó llevar a cabo una imagen de Cristo Resucitado, tarea encomendada a Don Fernando Aguado Hernández y como sabéis está a punto de ser bendecida y puesta al culto.

En este sentido, la actual imagen de Cristo Resucitado, será cedida para el culto al Convento de Santa Florentina de Écija (Sevilla) siendo el convento más antiguo de la ciudad astigitana. Actualmente, la comunidad de Madres Dominicas son las encargadas del mismo y las que velarán por el culto y la conservación de la imagen, manteniendo la propiedad de la imagen, nuestra A.Parroquial.

El próximo domingo 8 de marzo del corriente en horario de apertura del templo, estará expuesta la imagen en el coro bajo de la Parroquia para veneración de fieles y devotos con motivo de su retirada del culto una vez finalizada la Santa Misa dominical de 12:30 horas.

Esperamos contar con tu presencia.

Paz y Bien.

domingo, 1 de marzo de 2020

I DOMINGO DE CUARESMA




Lectura del santo evangelio según San Mateo (4, 1-11)

Entonces Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre. El tentador se le acercó y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes». Pero él le contestó: «Está escrito: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”». Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en el alero del templo y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras”». Jesús le dijo: «También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”». De nuevo el diablo lo llevó a un monte altísimo y le mostró los reinos del mundo y su gloria, y le dijo: «Todo esto te daré, si te postras y me adoras». Entonces le dijo Jesús: «Vete, Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”». Entonces lo dejó el diablo, y he aquí que se acercaron los ángeles y lo servían.

Paz y Bien.