lunes, 20 de junio de 2016

A la memoria del Padre Eduardo.(1944 - 2007)

El Padre Eduardo junto con la cuadrilla del Resucitado
DOMINGO DE RESURRECCIÓN DEL AÑO 2004.

Hoy se cumplen nueve años de tu partida con el Señor, allí en el lugar donde habitan, para la eternidad, los Santos. Porque, tú, eras uno de ellos, hombre santo, hombre de fe, de convicciones sociales y misionero de la preciosa sangre.
Aquel 20 de junio de 2007 amaneció de luto. El Padre Eduardo se había marchado de esta vida terrenal, para ir al encuentro de la vida eterna viendo el rostro de Cristo Resucitado para siempre. 

Aquellos chiquillos- hoy hombres- que acudían a tu parroquia al objeto de solicitarte permiso para formar una Hermandad entorno a la primitiva imagen del Resucitado, estábamos abatidos el día de tu fallecimiento. Fue un jarro de agua fría que cayó para toda la gente de tu parroquia. Para nosotros eras y sigues siendo un referente tanto  en lo espiritual como en lo  humano y  en la fe a Cristo Resucitado.

Como todo en la vida, en aquellos años hubo luces y sombras, más de las primeras que de las segundas. Siempre estarás presente entre nosotros de una forma u otra. Son muchas las anécdotas que compartimos juntos. Sabíamos que estabas orgulloso del grupo humano que conformamos la  Asociación Parroquial del Resucitado, así nos lo han hecho saber diferentes parroquianos a lo largo de estos años pese  a la "guerra" -en el buen sentido de la expresión- que dábamos algunos.

Junta de Gobierno. Año 2006.

Queremos recordarte en este día tan señalado, pidiéndote que, desde el cielo, nos ayudes a seguir caminado en la fe, pese a las dificultades que se nos presentan en el día a día. Intercede por la que fue tu comunidad parroquial, en el especial a esta A. Parroquial que viste nacer de la nada y al párroco Don Genaro para que su servicio en la parroquia dé frutos en todos los aspectos.

Seguimos en el camino que nos marcaste. Creo que es el mejor homenaje que te podemos tributar, el hecho de seguir creyendo en los pilares fundamentales que nos inculcaste pese a los reveses y dificultades vividas durante este periplo.

Paz y Bien.