martes, 28 de abril de 2020

EJERCICIO DEL VIA LUCIS (XIV ESTACIÓN)

Con la decimocuarta estación ponemos punto y final al rezo del ejercicio del Via Lucis Pascual. En esta estación se pone de manifiesto la inauguración del "tiempo de la Iglesia"; es relevante en si misma por el hecho de que con la venida del Espíritu Santo, comienza el peregrinaje de la Iglesia en el mundo.


MEDITACIÓN:


Jesús, el Hijo de Dios, está ya en el cielo, pero ha prometido a sus amigos que no quedarán solos. Y fiel a la promesa, el Padre, por la oración de Jesús, envía al Espíritu Santo, la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. Muy pegados a la Virgen, Madre de la Iglesia, reciben el Espíri tu Santo. Él es el que llena de luz la mente y de fuego el corazón de los discípulos para darles la fuerza y el impulso para predicar el Reino de Dios. Queda inaugurado el "tiempo de la Iglesia". A partir de este momento la Iglesia, que somos todos los bautizados, está en peregrinación por este mundo. El Espíritu Santo la guía a lo largo de la historia de la humanidad, pero también a lo largo de la propia historia personal de cada uno, hasta que un día participemos del gozo junto a Dios en el cielo.

ORACIÓN:

Dios Espíritu Santo, Dulce Huésped del alma, Consolador y Santificador nuestro, inflama nuestro corazón, llena de luz nuestra mente para que te tratemos cada vez más y te conozcamos mejor. Derrama sobre nosotros el fuego de tu amor para que, transformados por tu fuerza, te pongamos en la entraña de nuestro ser y de nuestro obrar, y todo lo hagamos bajo tu impulso.

ORACIÓN FINAL: 

Señor y Dios nuestro,
fuente de alegría y de esperanza,
hemos vivido con tu Hijo los acontecimientos de su Resurrección y Ascensión hasta la venida del Espíritu Santo;
haz que la contemplación de estos misterios nos llene de tu gracia y nos capacite
para dar testimonio de Jesucristo
en medio del mundo.

Te pedimos por tu Santa Iglesia:
que sea fiel reflejo
de las huellas de Cristo en la historia y que, llena del Espíritu Santo,
manifieste al mundo los tesoros de tu amor,
santifique a tus fieles con los sacramentos y haga partícipes a todos los hombres
de la resurrección eterna.
Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACIÓN A LA STMA. VIRGEN POR EL FIN DE LA PANDEMIA

Oh María, tu resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza. Confiamos en ti, Salud de los enfermos, que junto a la cruz te asociaste al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe. Tú, salvación del pueblo de Dios que camina en Guadalcanal, sabes lo que necesitamos y estamos seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea pueda volver la alegría y la fiesta después de este momento de prueba. Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y hacer lo que nos diga Jesús que ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y se ha cargado con nuestros dolores para llevarnos, a través de la cruz a la alegría de la resurrección. Amén. 

Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios; no deseches las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita! ¡Amén! 
María Santísima de la Alegría, Ruega por nosotros.