miércoles, 15 de octubre de 2025

15 DE OCTUBRE | FESTIVIDAD DE SANTA TERESA DE JESÚS. "Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo"

 


Santa Teresa de Jesús está íntimamente ligada con la devoción a la Santísima Virgen del Carmen, como Reina del Carmelo. Así se manifestó en  a reforma de la Orden Carmelitana de Santa Teresa de Jesús

Hay tres palabras claves que sintetizan los orígenes de nuestra relación carismática con la Virgen María:

a. El lugar: una capilla en honor de la Virgen María en el Monte Carmelo

Todo indica que los ermitaños del Monte Carmelo querían dedicarse por entero al vivir en obsequio de Jesucristo bajo la mirada amorosa de la Virgen Madre, y que Ella presidió el nacimiento de la nueva experiencia eclesial. De aquí el hecho que se la reconozca como Patrona,

b. El nombre: «Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo»

 Así aparece el título de la Orden en algunos documentos pontificios, con una referencia explícita a la Virgen María, como consta por la Bulla de Inocencio IV, Ex parte dilectorum (13-1-1252): «De parte de los amados hijos, los ermitaños hermanos de la Orden de Santa María del Monte Carmelo» (Analecta Ordinis Carmelitarum 2 (1911-1913) p.128). En un documento posterior (20-2-1233) Urbano IV (en la Bula Quoniam, ut ait) hace referencia al «Prior Provincial de la Orden de la Bienaventurada María del Monte Carmelo en Tierra Santa» y añade que en el Monte Carmelo está el lugar de origen de esta Orden donde se va a edificar un nuevo monasterio en honor de Dios y «de la dicha Gloriosa Virgen su Patrona» (Bullarium Carmelitanum I, p.28).

 Este nombre, «Hermanos» que es signo de familiaridad e intimidad con la Virgen, ha sido reconocido por la Iglesia, y será en adelante fuente de espiritualidad cuando los autores carmelitas posteriores hablen del «patronazgo de la Virgen» y de su cualidad de «Hermana» de los Carmelitas.

c. La consagración a la Virgen

El Carmelo profesa con su dedicación total al servicio de Jesucristo como Señor de la Tierra Santa, según el sentido de seguimiento y de servicio que tiene el texto inicial de la Regla en su contexto histórico y geográfico, su total consagración a la Virgen María. Así lo reconoce un antiguo texto legislativo del Capitulo de Montpellier, celebrado en 1287: «Imploramos la intercesión de la gloriosa Virgen María, Madre de Jesús, en cuyo obsequio y honor fue fundada nuestra religión del Monte Carmelo» (Cfr. Actas del Capítulo General de Montpellier, Acta Cap.Gen., Ed. Wessels-Zimmermann, Roma 1912, p.7).

LA ORDEN DEL CARMELO ESTÁ SIEMPRE UNIDO AL DE LA VIRGEN

Santa Teresa de Jesús, impregnada de su vocación de Carmelita, nos va mostrando en sus escritos la Orden del Carmelo está siempre unido al de la Virgen que es Señora, Patrona, Madre de la Orden y de cada uno de sus miembros. Todo es mariano en la Orden, según Santa Teresa: el hábito, la Regla, las casas: “Guardamos la Regla de nuestra Señor del Carmen, sin mitigaciones, sino como la ordenó fray Hugo, Cardenal de santa Sabina, el año 1248, en el año quinto del pontificado del papa Inocencio IV” (Libro Vida 36, 26). “Quiera el Señor que todo sea para alabanza y gloria suya y de la Virgen María, cuyo hábito vestimos, amén” (Libro Vida 36, 28).

“llevábamos, de mucha perfección y oración, efectuar, y hecha una obra que tenía entendido era para servicio del Señor y honra del hábito de su gloriosa Madre, que éstas eran mis ansias” (Vida 36,6)  “Parezcámonos, hijas mías, en algo a la gran humildad de la Virgen Santísima, cuyo hábito llevamos, que es motivo de confusión llamarnos hijas suyas; que por mucho que parezca que nos humillamos, nos quedamos muy cortas para ser hijas de tal Madre” (Camino de Perfección 13, 3).

“Todas las que traemos este hábito sagrado del Carmen somos llamadas a la oración y contemplación (porque éste fue nuestro principio, de esta casta venimos, de aquellos santos Padres nuestros del Monte Carmelo, que en tan gran soledad y con tanto desprecio del mundo buscaban este tesoro, esta preciosa margarita de qué hablamos), pocas nos disponemos para que nos la descubra el Señor.” (V Moradas, 1-2).

Paz y Bien. 

Fotografía: Altar del Triduo en honor a Ntra. Sra. del Carmen junto con Santa Teresa de Jesús.