domingo, 24 de mayo de 2015

Solemnidad de Pentecostés





PENTECOSTÉS, algo más que la venida del espíritu...

La fiesta de Pentecostés es uno de los Domingos más importantes del año, después de la Pascua. En el Antiguo Testamento era la fiesta de la cosecha y, posteriormente, los israelitas, la unieron a la Alianza en el Monte Sinaí, cincuenta días después de la salida de Egipto.

Aunque durante mucho tiempo, debido a su importancia, esta fiesta fue llamada por el pueblo segunda Pascua, la liturgia actual de la Iglesia, si bien la mantiene como máxima solemnidad después de la festividad de Pascua, no pretende hacer un paralelo entre ambas, muy por el contrario, busca formar una unidad en donde se destaque Pentecostés como la conclusión de la cincuentena pascual. Vale decir como una fiesta de plenitud y no de inicio. Por lo tanto no podemos desvincularla de la Madre de todas las fiestas que es la Pascua.

En este sentido, Pentecostés, no es una fiesta autónoma y no puede quedar sólo como la fiesta en honor al Espíritu Santo. Aunque lamentablemente, hoy en día, son muchísimos los fieles que aún tienen esta visión parcial, lo que lleva a empobrecer su contenido.

Hay que insistir que, la fiesta de Pentecostés, es el segundo domingo más importante del año litúrgico en donde los cristianos tenemos la oportunidad de vivir intensamente la relación existente entre la Resurrección de Cristo, su Ascensión y la venida del Espíritu Santo.

Es bueno tener presente, entonces, que todo el tiempo de Pascua es, también, tiempo del Espíritu Santo, Espíritu que es fruto de la Pascua, que estuvo en el nacimiento de la Iglesia y que, además, siempre estará presente entre nosotros, inspirando nuestra vida, renovando nuestro interior e impulsándonos a ser testigos en medio de la realidad que nos corresponde vivir.

Culminar con una vigilia:

Entre las muchas actividades que se preparan para esta fiesta, se encuentran, las ya tradicionales, Vigilias de Pentecostés que, bien pensadas y lo suficientemente preparadas, pueden ser experiencias profundas y significativas para quienes participan en ellas.

Una vigilia, que significa “Noche en vela” porque se desarrolla de noche, es un acto litúrgico, una importante celebración de un grupo o una comunidad que vigila y reflexiona en oración mientras la población duerme. Se trata de estar despiertos durante la noche a la espera de la luz del día de una fiesta importante, en este caso Pentecostés. En ella se comparten, a la luz de la Palabra de Dios, experiencias, testimonios y vivencias. Todo en un ambiente de acogida y respeto.

Es importante tener presente que la lectura de la Sagrada Escritura, las oraciones, los cantos, los gestos, los símbolos, la luz, las imágenes, los colores, la celebración de la Eucaristía y la participación de la asamblea son elementos claves de una Vigilia.

En el caso de Pentecostés centramos la atención en el Espíritu Santo prometido por Jesús en reiteradas ocasiones y, ésta vigilia, puede llegar a ser muy atrayente, especialmente para los jóvenes, precisamente por el clima de oración, de alegría y fiesta.

Algo que nunca debiera estar ausente en una Vigilia de Pentecostés son los dones y los frutos del Espíritu Santo. A través de diversas formas y distintos recursos (lenguas de fuego, palomas, carteles, voces grabadas, tarjetas, pegatinas, etc.) debemos destacarlos y hacer que la gente los tenga presente, los asimile y los haga vida.

No sacamos nada con mencionarlos sólo para esta fiesta, o escribirlos en hermosas tarjetas, o en lenguas de fuego hechas en cartulinas fosforescentes, si no reconocemos que nuestro actuar diario está bajo la acción del Espíritu y de los frutos que vayamos produciendo.

Invoquemos, una vez más, al Espíritu Santo para que nos regale sus luces y su fuerza y, sobre todo, nos haga fieles testigos de Jesucristo, nuestro Señor.
 

jueves, 21 de mayo de 2015

La Cruz de Mayo de la Resurrección.2010-2015.

Rebasado el ecuador de mayo, mes dedicado a la Santísima Virgen María además de ser el mes por antonomasia de la festividad de la Invención de la Santa Cruz, traigo a colación un pequeño articulo dedicado a la Cruz de Mayo que organiza la Resurrección, repasando, a través de las fotografías, sus inicios hasta nuestros días.

De aquel tiempo a esta parte han transcurrido un lustro, cinco años, en los que diferentes jóvenes han sacado para adelante este proyecto que iniciamos en el año 2010.  Un total de 53 chicos y chicas pusieron su granito de arena para que fuera posible.

En este periodo de tiempo podemos decir que el grupo de la Cruz ha experimentado dos etapas. La primera de ellas abarca los años 2010-2011, comenzando la segunda etapa a partir del año 2013 hasta el momento presente.

Uno de los fines de este grupo fue, desde sus inicios, hacer "cantera costalera" en una edad en la que en pocos años pasarán a ser costaleros de pleno derecho en las diferentes cuadrillas de las cofradías de la Semana Santa de Guadalcanal. De los integrantes de la primera etapa un total de cinco han pasado por las trabajaderas del Señor de la Resurrección, permaneciendo en la actualidad cuatro componentes de aquella cruz de mayo en la cuadrilla de hermanos costaleros del Señor de la Resurrección.

A parte de "hacer cantera", los chavales colaboran con nosotros en los pasacalles solidarios para recoger alimentos y productos de primera necesidad destinados a Cáritas Parroquial, participan en la procesión del Domingo de Resurrección portando su correspondiente cirio dentro del cortejo. Durante la época estival organizamos una convivencia campera para no perder el contacto con el grupo.  En la medida de nuestras posibilidades seguiremos apostando por el grupo con el objetivo de inculcarles todos los valores que trae aparejado el hecho de formar parte del AAyHH, en concreto, de la Resurrección.

Paz y Bien.




CRUZ DE MAYO: AÑO 2010.


CRUZ DE MAYO: AÑO 2011.


CRUZ DE MAYO: AÑO 2013.

CRUZ DE MAYO:AÑO 2014


CRUZ DE MAYO: AÑO 2015.

domingo, 17 de mayo de 2015

Solemnidad de la Ascensión del Señor.

Esta solemnidad ha sido trasladada al domingo 7º de Pascua desde su día originario, el jueves de la 6º semana de Pascua, cuando se cumplen los cuarenta días después de la resurrección, conforme al relato de san Lucas en su Evangelio y en los Hechos de los Apóstoles; pero sigue conservando el simbolismo de la cuarentena: como el Pueblo de Dios anduvo cuarenta días en su Éxodo del desierto hasta llegar a la tierra prometida, así Jesús cumple su Exodo pascual en cuarenta días de apariciones y enseñanzas hasta ir al Padre. La Ascensión es un momento más del único misterio pascual de la muerte y resurrección de Jesucristo, y expresa sobre todo la dimensión de exaltación y glorificación de la naturaleza humana de Jesús como contrapunto a la humillación padecida en la pasión, muerte y sepultura.
Al contemplar la ascensión de su Señor a la gloria del Padre, los discípulos quedaron asombrados, porque no entendían las Escrituras antes del don del Espíritu, y miraban hacia lo alto. Intervienen dos hombres vestidos de blanco, es una teofanía, la misma de los dos hombres que Lucas describe en el sepulcro (24,4). En ellos la Iglesia Madre judeo-cristiana veía acertadamente la forma simbólica de la divina presencia del Padre, que son Cristo y el Espíritu. Las palabras de los dos hombres son fundamentales: Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo, volverá como le habéis visto marcharse (Hechos 1,11). En un exceso de amor semejante al que le llevó al sacrificio, el Señor volverá para tomar a los suyos y para estar con ellos para siempre; y se mostrará como imagen perfecta de Dios, como icono transformante por obra del Espíritu, para volvernos semejantes a él, para contemplarlo tal como él es (1 Juan 3,1-12). Contemplando en la liturgia el icono del Señor - sobre todo en la Eucaristía - intuimos el rostro de Dios tal como es y como lo veremos eternamente. Y lo invocamos para que venga ahora y siempre.
En el relato de este misterio según el Evangelio de san Mateo (28,19-20), el Señor envía a los discípulos a proclamar y a realizar la salvación, según el triple ministerio de la Iglesia: pastoral, litúrgico y magisterial: Id y haced discípulos de todos los pueblos (por el anuncio profético y el gobierno pastoral, formando y desarrollando la vida de la Iglesia), bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo (aplicándoles la salvación, introduciendo sacramentalmente en la Iglesia); y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado (mediante el magisterio apostólico y la vida en la caridad, el gran mandato). Se está cumpliendo el plan de Dios, y la salvación, anunciada primero a Israel, es proclamada a todos los pueblos. En esta obra de conversión universal, por larga y laboriosa que pueda ser, el Resucitado estará vivo y operante en medio de los suyos: Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.
El misterio
La lectura apostólica que propone la Iglesia interpreta perfectamente el acontecimiento de la Ascensión del Señor, adentrándonos en el misterio del ingreso del resucitado en el santuario celeste. Ahora podemos decir con el canto del Santo que los cielos y la tierra están llenos de la gloria de Dios (En Isaías 6,3 sólo se nombraba a la tierra). Ahora, con la ascensión de la humanidad del Hijo de Dios, conmemorada en el misterio litúrgico, sobre la que reposa la gloria del Padre, adorada por los ángeles, también nosotros somos unidos por la gracia a esta alabanza eterna, en el cielo y en la tierra. Estamos en el penúltimo momento del misterio pascual, antes de la donación del Espíritu Santo al cumplirse los días de la cincuentena, el Pentecostés.
La vida cristiana

Las oraciones de esta solemnidad piden que permanezcamos fieles a la doble condición de la vida cristiana, orientada simultáneamente a las realidades temporales y a las eternas. Esta es la vida en la Iglesia , comprometida en la acción y constante en la contemplación. Porque Cristo, levantado en alto sobre la tierra, atrajo hacia sí a todos los hombres; resucitando de entre los muertos envió a su Espíritu vivificador sobre sus discípulos y por él constituyó a su Cuerpo que es la Iglesia, como sacramento universal de salvación; estando sentado a la derecha del Padre, sin cesar actúa en el mundo para conducir a los hombres a su Iglesia y por Ella unirlos a sí más estrechamente y, alimentándolos con su propio Cuerpo y Sangre, hacerlos partícipes de su vida gloriosa. Instruidos por la fe acerca del sentido de nuestra vida temporal, al mismo tiempo, con la esperanza de los bienes futuros, llevamos a cabo la obra que el Padre nos ha confiado en el mundo y labramos nuestra salvación (Vaticano II, Lumen gentium 48).

martes, 5 de mayo de 2015

Galería: Domingo de Resurrección 2015 (II)

Hoy se cumple un mes de la proclamación de la vida sobre la muerte, de dar testimonio de fe por las calles de Guadalcanal. Hace treinta días fue Domingo de Resurrección y con el, Cristo resucitó, un año más, en nuestros corazones inaugurando un nuevo tiempo de Pascua.













lunes, 4 de mayo de 2015

Cruces de Mayo 2015. Galería

Cruz de Mayo 2015

De camino al "Palacio"


Por el paseo de "El Palacio"


Momento de la ofrenda al Señor de la Resurrección


Salida de la Parroquia

Camino de la Residencia

De vuelta

Saludo a los mayores de la Residencia

Maniobra de entrada

Foto de grupo. 


Cruces de Mayo 2015. Breve crónica.

El pasado domingo 3 de mayo, se celebró el tradicional "Día de la Cruz" en Guadalcanal, organizado por la Parroquia, Hdad de la Santa Vera-Cruz y en colaboración con el proyecto Ribete.  Nuestra corporación estuvo representada con el grupo de la Cruz de Mayo, conformado por una nutrida cuadrilla de chicos costaleros, capataces y chicas con las respectivas huchas petitorias. 

A las 11.00 horas estaban citados los pasos de la Cruz en las inmediaciones de la Plaza de España. Nuestra cruz puso rumbo media hora antes de la citada desde la cochera anexa al Consultorio, comandada por José Antonio y Rafa. Al llegar a la plaza, los chic@s disfrutaron de un desayuno saludable  por cortesía del proyecto Ribete. 

Entorno a las 11.30 horas los pasos entraron en la Parroquia para, a continuación, celebrarse la misa dominical. Finalizada ésta, los chic@s realizaron una ofrenda de flores ante las plantas del Señor Resucitado. 

Posteriormente, las cruces salieron de la Parroquia, obsequiadas todas ellas por un presente entregado por el Hermano Mayor de la Vera Cruz, y realizado por el proyecto Ribete. Una a una, las cruces iban desfilando por el paseo del Palacio para llegar hasta la Residencia de ancianos Hermana Josefa María, donde esperaban los mayores de nuestro pueblo.

A las 14.30, nuestra Cruz de Mayo procedía a entrar en la cochera a la espera de un nuevo año. Gracias a todos los chavales por vuestra labor, trabajo, empeño y cariño en esta edición de la cruz de mayo.