miércoles, 22 de febrero de 2023

MIÉRCOLES DE CENIZA | Cuaresma, camino hacia la Pascua.




Con el miércoles de ceniza, comienza la cuaresma. La cuaresma es tiempo de gracia, concedido por Dios a sus hijos para la conversión y para la renovación espiritual. La perspectiva de la cuaresma es la Pascua, es decir, la celebración anual del misterio central de la fe cristiana: Jesucristo que es entregado a la muerte para el perdón de nuestros pecados como víctima de propiciación y Jesucristo resucitado de entre los muertos, venciendo la muerte y abriéndonos de par en par las puertas del cielo.

Cuarenta días de preparación, cincuenta días de celebración hasta la fiesta de Pentecostés. La vida cristiana es penitencia por nuestros desvíos, sí, pero es sobre todo fiesta porque Dios está dispuesto siempre a renovarnos y llenarnos el corazón de esperanza.

En la Pascua, Dios quiere renovar nuestra vida con la vida que viene del Resucitado y con la fuerza de su Espíritu Santo, quiere hacer de nosotros nuevas criaturas, quiere hacernos hijos dándonos su misma vida. Nos preparamos a la Pascua con el itinerario de la cuaresma.

La cuaresma dura 40 días, evocando los cuarenta días que Jesús vivió en el desierto en ayuno y oración, enfrentándose al diablo que vino a tentarle y al que venció ya desde el comienzo de su ministerio. Evoca también los cuarenta años que el pueblo de Dios vivió peregrino en el desierto camino de la tierra prometida, sometido a todo tipo de pruebas.

La Iglesia con el miércoles de ceniza nos invita a la penitencia y a la conversión. La ceniza es signo de esa actitud humilde de penitencia, porque somos pecadores e imploramos de Dios su misericordia sobre nosotros y sobre el mundo entero.

Las pautas de este camino catecumenal hacia la Pascua son: el ayuno, la oración y la limosna

Paz y Bien.