He querido dejar pasar el tiempo antes de escribir estas letras que servirán para narrar con más o menos acierto unos hechos que se produjeron hoy hace justo una semana. Y parece que ha transcurrido toda una eternidad ¿verdad?.
16 de abril de 2017. Despunta la mañana tibia y luminosa. El cansancio de los días santos se acumula en las almas de todos. Ha llegado el día. La espera se ha consumado. Toca dar testimonio de fe. Nada mas y nada menos que proclamar a los cuatro vientos a esta tierra que Cristo ha vencido a la muerte. Que triunfando la vida. Que atrás quedó la Pasión y el dolor. Que ha Resucitado el Señor.
El Señor Resucitado y Santa María Magdalena se nos presentaban con las mejores galas de sus respectivos ajuares sobre el paso procesional que iba exornado con liliums por toda la canastilla dando colorido a la escena. Por otra parte, este año se recuperó las piñas de flores (astromelias) en los costeros del paso. Fue posible gracias al préstamo de las jarras del pasopalio de María Santísima de la Cruz, titular mariana de la Hermandad de la Santa Vera Cruz de la Guadalcanal. Por otra parte, se dispuso una base de lentisco sobre el suelo del paso procesional y el clásico olivo terminaban de conformar el exorno.
Son las diez de la mañana. Es la hora indicada por los capataces para citar a su cuadrilla. Poco a poco los hermanos costaleros iban llegando a la nave, este año remozada tras el arreglo y adecentamiento llevado a cabo en los últimos meses por los responsables de la A.Parroquial del Resucitado. Hacían acto de presencia los costaleros que venían desde diferentes partes; la gente buena de Cazalla ya son cuatro años siendo los pies del Señor, nuestra gente de Guadalcanal veteranos y juventud se dan cita en este día grande, costaleros de Constantina debutantes y veteranos, nuestros hermanos extremeños de Llerena y Azuaga y nuestros hermanos Alcalá de Henares y Ajalvir, costaleros en la diáspora que son de aquí.

"¿Donde está el pertiguero? Llamarlo que nos vamos ya para formar en la Iglesia"- dijo el Diputado de juventud, Sergio, a los chavales.
Toma a la palabra Juan Cantero. Se hace el silencio en el local. Los costaleros hacen un corro entorno al capataz. Nos dirige unas palabras de aliento. Explica los relevos. Da las gracias a su gente por otro año más. "Vámonos para la iglesia"- concluyó. Aplausos. El reguero de costaleros blancos partió en busca del Señor de la Resurrección.
Finaliza la Misa de la Resurrección. Se procede a organizar el cortejo. Representaciones de las Hermandades que este año irían con cirio, hermanos del grupo joven, hermanos y hermanas con cirios, estandarte, varas presidenciales, cuerpo de ciriales y monaguillos conformaban el cortejo que precedía al paso procesional.

Se levantan los faldones de damasco rojo del paso procesional. Se abren las puertas de la gloria. Un lugar donde se ponen de manifiesto las mejores intenciones para los que lo están pasando regular. Un lugar de confraternización entre hermanos costaleros. Hay que vivirlo para poder entenderlo. Es la hora de meterse bajo las trabajaderas y llevar la Resurrección al pueblo para que sea testigo de la buena nueva.
Tres golpes secos de llamador sacuden las almas de los costaleros. Levanta la voz Juan Cantero. Sus palabras fueron el preludio perfecto para dar el testigo, por un momento, a un hermano, a un costalero que fue y será del Resucitado. Estaba allí presente, Sergio García, Checho para todo el pueblo Quería ver la salida desde dentro. Con voz entrecortada de la emoción se agachó y mirándonos de frente se dirigió a los costaleros. Emoción a raudales. Lágrimas de emoción y de impotencia también. No es justo. Coge el llamador. Checho llama y al cielo. Aplausos. Y como digo, la emoción a flor de piel. Se nubla la vista. Queda para nosotros los que vivimos ese instánte. Segundo pellizco.
"Escuchadme ahí abajo, para la salida se sale un tío por palo y toda al primera trabajadera. Los relevos se agarran a los costeros para ayudar en la salida. ¿Estamos?. Pues vamos vamos".
Suenan campanas de Resurrección, como antaño, ese repique de nuestra infancia mientras el paso encara la puerta de Santa María. Se abren de par en par. Entra la luz. Empieza a salir la cruz parroquial y todo el cortejo. Son las 12.32 horas. Suena el rachear de las zapatillas del costalero que, al rozar el frío mármol de la parroquia, produce ese sonido efímero que anuncia que vamos a estar en la calle. "Las llamás muy cortitas"- decían los capataces. La muchedumbre espera en la plaza del pueblo. Se quintan las patas. El paso baja a tierra. "Vámonos de frente con él. Venga de frente. Ole la gente buena, duro con él". Suena la marcha real interpretada por la Banda de Cornetas y Tambores Cristo del Amor de Guadacanal. Ya está el Resucitado en la calle para decirnos que Vive y está enmedio de nosotros.
Suena la primera marcha, "El Amor". Sube el paso a la música a las ordenes de Paraka. Lo suyo. Sobre los pies. Empieza el tiempo del gozo bajo el Señor. Buena mano en la primera chicotá. Suena "Vida Eterna", la marcha dedicada al Resucitado escrita por NHD. Javier Rodríguez. La voz de abajo de Juan Paraka que mandaba con elegancia "costero" "picaito", "izquierdo" "sobre los pies", "aire para mi Cristo", "vámonos" se sucedían en cada chicotá, dándole esa impronta tan especial que lo hace único. Gran trabajo de la cuadrilla y del equipo de capataces. Y que decir de Migue el "sano" lleva unos años mandando también desde abajo con ese toque que también lo hace único. El arte de mandar los pasos desde abajo. Al compás.

Casi todas las levantás estuvieron dedicadas, "a la memoria del Padre Eduardo", "por Juan Tomás", "por los niños que van alrededor del paso", "por el grupo joven, acólitos y monaguillos", "por las Hermandades que nos ayudan con sus enseres para salir", "por la salud que no falte", "por la Iglesia", "por los más necesitados", "por las madres" etc. etc.

El reloj marcaba las cuatro menos diez. El paso ya dentro de la parroquia se movía parsimonioso, cansado por lo vivido, esperanzado por lo que vendrá y que no quiere arriar porque quiere hacer eterno lo efímero. Estamos en Guadalcanal y fue Domingo de Resurrección. Quince años de esta época junto a Cristo Resucitado.
A todos y todas los que pusisteis, de un forma u otra, vuestro granito de arena para que lo relatado aquí y la experiencia personal de cada uno que, se escapa de este relato, GRACIAS. Que el Señor os colme de salud para poder estar el año que viene y todos los días del año.
Paz y Bien.
Paz y Bien.