domingo, 20 de junio de 2010

Recordando a un amigo.

Recordar a los que físicamente no se hayen entre nosotros, es una forma de resucitar aquellas vivencias pasadas...

Sirvan hoy, querido, añorado y amigo, Eduardo, estas sencillas palabras para homenajear de un modo u otro la misión tan grande que hizo por la Iglesia y por el pueblo de Guadalcanal, amén de la confianza depositada en tus "niños" para dar sentido a la Pascua de Resurrección, hasta entoces devaluada por determinadas circustancias.

Han cambiado mucho las cosas desde que partiste al lugar donde se entronizan los santos, más que nada, por que tu eres otro hombre santo que dabas todo lo que buenamente podáis sin pedir nada a cambio. La esencia que impregnaste a los "niños del resucitado" permanecerá presente siempre pase lo que pase.

Son tantas y tantas experiencias, buenas, no tan buenas que hemos vivido contigo que se me hace imposible recopirlas en unos cuantos párrafos.

En cualquier instante, cuando alguien pronuncie tu nombre, se acuerde de ti te asomaras desde el balcón del cielo y bendecirás una vez más al pueblo de Guadalcanal.